lunes, 29 de agosto de 2016

Paseo por la pintura del siglo XX



                                         
                                     En la tardanza dicen que suele estar el peligro

                                                     Miguel de Cervantes


                                      Siempre parece imposible... hasta que se hace

                                                         Nelson Mandela





                                                    La comprensión del arte moderno, con su espectacular dinamismo, se presenta con tal complejidad que sólo pueden pretenderse unas pinceladas de aproximación sintetizadora a la renovada expresión artística en la pintura contemporánea, sin perseguir objetivos académicos sistematizadores sino de mero acercamiento a un espléndido fenómeno cultural que ha transformado la creación estética reciente. Algunos factores determinantes sobresalen en la configuración de un arte nuevo: la fotografía viene a significar una suerte de liberación de las finalidades imitativas del arte; se sobrevalora el dibujo y el color como valores fundamentales de lo geométrico-racional y lo expresivo-sentimental; la tecnología y los nuevos materiales adquieren paulatinamente mayor trascendencia; el valor de un cuadro ya no está ligado a lo que representa y se declara constantemente la individualidad, intentando confirmar la propia personalidad creadora más allá de maestros y escuelas.

            Esta transformación artística fue estimulada por grupos reducidos de artífices de las vanguardias que, reivindicando su derecho a la libertad y a la originalidad, propusieron una serie de programas universales en un periodo de relativo florecimiento económico, que agudizó el conflicto entre los compromisos sociales, humanos y artísticos, mientras que en un corto espacio de tiempo se produjeron distintas evoluciones siguiendo el antecedente de los impresionistas, que habían roto con todo academicismo situando la espontaneidad a la cabeza de los valores plásticos. La nueva nomenclatura técnica de los diferentes movimientos resultará variadísima, muy complicada, y muchas veces correrá paralela a la de la poesía, el cine o el teatro.

             El primer estilo del siglo XX es el fauvismo, que plasmaba las vivencias psicológicas del artista, usando el color en tonos fuertes y puros para definir la forma y expresar el sentimiento, destacando por su estridencia, con total ausencia de planteamientos sociales. Sobresale Henry Matisse (1869-1954). Sin embargo, los cubistas volverán al volumen revolucionando la técnica y la estética hasta 1914: aportan una nueva manera de ver ofreciendo en el retrato una visión biocular de frente y de perfil, sirviéndose del engaño óptico, o sea, de la relatividad de las formas. El cubismo se enriquece con objetos extraños, materiales como papeles pegados, arena, cristal, tela, etc., predominando la línea sobre el color (ocres, verdes, grises) que produce un efecto geométrico, así como el empleo del collage. El cubista más significativo para nosotros es Pablo Ruiz Picasso (1881-1973), aunque también pueden citarse entre otros a Georges Braque o Juan Gris. Del cubismo puro derivarán el tubularismo (con la máquina como símbolo y el trazo negro), que se asocia a Fernand Léger, el cubismo órfico (de colorido más rico y gran importancia de la luz) con Robert Delaunay, y el purismo, que sigue el manifiesto de Le Corbusier, creando composiciones objetivas que implican la moderna civilización mecánica.




                                                                                        Matisse




                                                                                      Picasso


                 El futurismo fue un movimiento orientado en principio hacia la poesía. En "la canción del automóvil", À mon Pégase l´Automobile, de F.T. Marinetti, ya se observan los nuevos principios de esta tendencia en un claro ejemplo de lo que liderarán Carlo Carra y Gino Severini en pintura. Exaltan todo lo que dé sensación de dinamismo, por eso para ellos será más bello un coche de carreras que la Victoria de Samotracia. Aman la guerra, el militarismo, el fascismo y la destrucción del arte anterior. Para muchos autores los futuristas carecieron de objetivos plásticos precisos, pero aún así el futurismo penetró en la arquitectura, la escenografía y las técnicas fotográficas. Contra esta corriente surge como reacción la pintura metafísica de Giorgio De Chirico, así denominada porque declaró que su obra era "más compleja, más honda y más metafísica que la de sus contemporáneos". Vuelve a inspirarse en la serenidad clásica, le preocupa el paso del tiempo, la inmovilidad y las asociaciones de ideas (anticipando de esta forma al surrealismo). Dibuja representaciones con una luz muy extraña, sugeridora, misteriosa, empleando maniquís figurando seres humanos. Henri Rousseau y Marc Chagall son otros nombres importantes y también para algunos Amadeo Modigliani, aunque a este autor es difícil encuadrarlo en alguna preferencia pictórica contemporánea.




                                                                                    De Chirico

                  En sentido general se habla de expresionismo cuando predomina en una obra el sentimiento sobre el pensamiento, con emociones que provienen de una temática fuerte como la muerte, la angustia, el sufrimiento, a la vez que se le presta más atención al color que a la línea. Pero a principios del siglo XX define a un grupo de artistas del cine, el teatro, la poesía, y de cualquier estética, que presentan un mundo que ha perdido sus objetivos. El término fue generalizado por H. Wilden, editor de la revista Der Sturn. A todos les caracterizan unos rasgos comunes: la subjetividad, la pasión por la violencia en el color, la temática morbosa, demoníaca, pervertida y fantástica, la exteriorización de la angustia, el uso del grabado y la diversidad estilística. El expresionismo, especialmente el alemán, vivió su ocaso con la llegada del nazismo al poder. Como precursores, Eduard Munch o Georges Rouault se vieron influidos por los simbolistas en su afán de exploración de las drogas, la religión, el misticismo, el alcohol o la psicopatía y desarrollaron su producción coincidiendo con el desarrollo internacional del "Art Nouveau", el postimpresionismo y el fauvismo. El grupo Die Brücke ("El Puente") pretendió ser el nexo de todos los elementos artísticos revolucionarios desde 1905 volviendo a un arte primitivo, expresando actitudes humanas primigenias de carácter popular utilizando preferentemente procedimientos de estampación. De este grupo formado en Dresde resaltan Ludwig Krichner y Erich Heckel. Y desde Munich, El caballo azul, Der Blaeu Reiter, experimentó sin criticar a la sociedad pero sí idealizándola, apartándose del figurativismo para adentrarse en el camino de la abstracción. Son sus máximos representantes: Vassily Kandinsky (1876-1944), Franz Marc (1880-1916) y Paul Klee (1879-1940).



                                                                                       Kandinsky

                                           
                  La Gran Guerra provoca que los grandes movimientos vanguardistas, que criticaban los valores tradicionales, se lancen a la búsqueda de soluciones renovadoras para la expresión artística. Algunos investigan por caminos irreales como la representación de los sueños, es el caso del dadaísmo y el surrealismo. El primero es un estilo iconoclasta que entiende el arte de forma absurda apoyándose en lo irracional. Forman parte de este grupo artistas exiliados en Zurich durante la primera Guerra que se reunían en el café Voltaire. Rompen con todos los valores de la sociedad resumiendo su pensamiento estético en "TODO ES ARTE PORQUE NADA ES ARTE". Dadá critica los materiales y técnicas tradicionales y utilizan otros nuevos como materiales de desecho, trapos viejos, papeles mugrientos, clavos roñosos, etc. Lo niegan todo pero sin proponer ninguna alternativa que no fuera ese negativismo. Se desarrolló por toda Europa y Estados Unidos, y los artistas de mayor renombre internacional fueron Marcel Duchamp, Francis Picabia, Man Ray y Tristan Tzara. Así aconseja este último componer un poema:


                               Coja un periódico
                               Coja unas tijeras
                               Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuente darle a su poema
                               Recorte el artículo
                               Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa
                               Agítela suavemente
                               Ahora saque cada recorte uno tras otro
                               Copie concienzudamente
                               En el orden en que hayan salido de la bolsa
                               El poema se parecerá a usted
                               Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendido del vulgo.





                                                                                    Poema dadaísta




                                                                                 Marcel Duchamp



                    Recogiendo las propuestas del romanticismo y del simbolismo y la carga desacralizadora y libertadora de compromisos del dadá, el surrealismo se convierte en la manifestación artística más trascendente del periodo de entreguerras. Con su interés por lo mágico, lo onírico y lo fantástico y afirmándose en las doctrinas de Freud y sus determinaciones psicológicas, el surrealismo, inicialmente literario, afecta paulatinamente a todos los ámbitos de la creación artística y termina por convertirse en un planteamiento vital que explica sus connotaciones políticas, pues pretenden saltar del aislado hecho cultural a una transformación profunda. El término, acuñado por Apollinaire en 1917 (que en español debería ser traducido como "superrealismo") será utilizado por André Breton y otros poetas, para englobar ese componente psicológico que culmina en el manifiesto de 1924 al afirmar la creencia "en la futura resolución de esos dos estados aparentemente tan contradictorios que son el sueño y la realidad, en una especie de realidad absoluta, de superrealidad". Incorpora al mundo del arte el frottage o dibujo fortuito obtenido mediante frotamiento y la decalcomanía o pintura azarosa producida al aplastar una hoja sobre ella, pintada también al azar. En la pintura surrealista la idea está por encima de la ejecución, pero esta constituye el medio, el instrumento para destacarla, como ocurre en el caso de Salvador Dalí, en quien la perfección del dibujo hace aumentar su agresividad, un "surrealismo figurativo", al que también pertenecen Max Ernst, Óscar Domínguez, René Magritte y Paul Delvaux. Con un carácter más abstracto sobresalen Joan Miró, André Masson e Yves Tanguy.


                             




                                                                                            Miró


                 Una serie de corrientes artísticas no consideran como objetivo primario el parecido de lo representado en el lienzo con la naturaleza, sino la adecuada distribución de los colores y las formas sobre él: la abstracción no es un hallazgo de nuestro tiempo. Los pintores prehistóricos levantinos crearon signos cabalísticos plenamente abstractos o los árabes, revolucionarios, se dedicaron a inventar y combinar módulos geométricos que nada tienen que ver con la naturaleza. Realizar una clasificación de la pintura abstracta es complicado por la cercanía en el tiempo, pero podríamos señalar como notas generales: la interrelación entre los creadores que presentan influjos de diversos estilos y movimientos de diversas partes del mundo; la reactualización de las vanguardias más vitales con especial mención al mundo cultural americano, sede de los artistas emigrados a causa del nazismo; el desarrollo del "mercado del arte" y como consecuencia, la posibilidad de invertir en objetos provocadores de grandes intereses económicos, con la consiguiente proliferación de galerías, críticos y fundaciones artístico-comerciales. Serán tres las principales orientaciones que engloban la pintura a partir de 1945.

                 La abstracción lírica o expresiva comprende el expresionismo abstracto basado en la intuición y la subjetividad: el tamaño de los cuadros supera con mucho las dimensiones usuales, con toda la superficie del cuadro cubierta "uniformemente". Como representantes interesan Jakson Pollok, Frank Kline y Mark Rothko. De la pintura "gestual o de signo" lo más característico es la rapidez de ejecución y la utilización de las formas gráficas aisladas: signos. El paralelismo entre esta corriente y la caligrafía china y japonesa de los sacerdotes de Zen se debe al poeta francés Henri Michaux que realizó un viaje a Oriente y reprodujo a partir de entonces grafías filiformes. El informalismo o "tachismo", también llamado "Art Autre" se plantea la anulación consciente de todo tipo de estructura formal y conceptual. La pintura matérica se caracteriza por considerar los materiales como el centro de atención de la obra. Como consecuencia la textura adquiere gran importancia. Los materiales se multiplican: látex con polvos de mármol, trapos, telas metálicas, serrín, arenas de cuarzo..., extendidos por medio de pinceladas muy amplias. Recordemos a Antoni Tàpies. Por último, a los espacialistas les preocupa la dimensión tridimensional en el cuadro, lo que consiguen perforando o rasgando el lienzo desnudo, sin pigmentos.



                                                                                        Pollock


             Otro tipo de abstracción, la geométrica y tecnológica, siguió un proceso evolutivo sin interrupciones que comprende varias aportaciones sucesivas. Un movimiento nacido del cubismo, el neoplasticismo o "De Stijl" defendía el empleo exclusivo del ángulo recto reduciendo el cromatismo a los colores primarios y a los "no colores", blanco, negro y gris. El supercromatismo (o con denominaciones parecidas) surgió en el periodo inmediatamente posterior a la Revolución de 1917: el triángulo, el cuadrado, el círculo y la cruz son el resultado de la simplificación de cualquier objeto (Kasimir Malevich se erigió en el mejor representante). La técnica del constructivismo combina formas planas con otras de aparente tridimensionalidad, a la vez que emplea nuevos materiales como plásticos equiparando en importancia el pleno y el vacío. En ocasiones se convirtió en arte propagandístico de la URSS. Una especie de escuela cromática donde convivían alumnos y profesores configuró la "Bauhaus", cuyos programas intentaron revolucionar la artesanía y conseguir la integración de las diversas artes. A la hora de elegir estilo no dudaron en sacrificar la "DIE BRÜCKE" por el movimiento abstracto-geométrico encaminado a una visión utilitaria. Y el "Círculo y Cuadrado", Cercle et Carré se desarrolló en París por breve tiempo singularizándose por su tendencia mística.

            Hasta los años 60 el arte, desde las primeras vanguardias, había iniciado un camino de profundización psicológica individual, olvidándose casi siempre de la realidad externa y cotidiana. En este momento el panorama cambiará por completo. La abstracción lírica se consume por agotamiento y es sustituida por nuevas corrientes figurativas, término que sólo se va a aplicar a aquellas representaciones identificables con la realidad objetiva. La Neofiguración desde un punto de vista conceptual prepara el camino para el nacimiento de las vanguardias reales, incorporando técnicamente los hallazgos formales de la abstracción. Su temática suele centrarse en torno a la figura humana que contempla bajo una óptica de pesimismo pero sin connotaciones sociales. El aragonés Antonio Saura y Francis Bacon contribuyeron al florecimiento de este estilo. Otro fenómeno artístico pretendió elevar a la categoría de arte todos aquellos productos cuya difusión se realiza gracias a los medios de comunicación de masas, es decir, fotografías, cómics, anuncios comerciales, fotonovelas, etc. Popularmente, se identifica con la subcultura propia de las economías capitalistas: el "pop-art". Sobresalen: Roy Lichtenstein, Tom Wesselmann, Robert Rauschenberg, James Rosenquist, Richard Hamilton y Andy Warhol. El realismo social responde a un planteamiento crítico de la problemática cotidiana: la crónica de la realidad. Los temas se centran generalmente en la violencia y el terror, mientras que se desmitifican los acontecimientos histórico-culturales. Hereda las técnicas dadá que se compaginan con recursos fotográficos y publicitarios del "pop-art". La mayoría de los autores cronistas de la vida real son españoles: Juan Genovés, Rafael Canogart, Rafael Solbes y Manuel Valdés. El hiperrealismo tomaba como base de sus composiciones la fotografía y las proyecciones ampliadas de diapositivas, cuyos fragmentos son calcados sobre el lienzo, quedando apartadas la creatividad y la inspiración, pero las imágenes se cuidan técnicamente con gran pulcritud: podría compararse esta actitud a la de los copistas de los museos. En América se denominó a esta modelidad "arte-frío" precisamente por la ausencia de expresividad de sus realizaciones. Resucitan el paisaje, el retrato, el bodegón y otros géneros tradicionales de la pintura. La evolución hacia el arte óptico-cinético para muchos críticos resulta difícil de ubicar, aunque suele englobar las obras que tienen en común el movimiento, real o virtual, producido a veces por pequeños motores incorporados, en ocasiones por el propio desplazamiento del espectador que puede llegar a manipular las piezas, o sin que exista movimiento, se consigue producir figuras geométricas capaces de originar efectos ópticos adquiridos por medio de ilusiones ópticas o contrastes simultáneos, entre otros procedimientos. Se incorporan materiales creados por la industria.



                                                                                        Bacon




                                                                                   Antonio Saura




                                                                                       Warhol




                                                                                    Genovés


                   Una serie de artistas americanos adscritos al "Minimal-Art" deciden no sólo realizar obras físicas sino profundizar en el análisis de los procesos mentales generadores de las obras, otorgar preponderancia al concepto de arte sobre el objeto artístico en sí. Es lo que va a determinar todas las últimas tendencias. El arte sufre una transformación radical. Las distinciones tradicionales entre pintura y escultura desparecen y en su lugar se crean productos tridimensionales que participan de ambas, o se utilizan como material la propia naturaleza y el cuerpo humano. Las categorías "figuración"  y "abstracción" quedan superadas. Se ha pretendido ver en esta sustitución de la obra duradera por la temporal un deseo de combatir el sistema establecido, concretamente la comercialización del arte por las galerías y marchantes. Como todavía carecemos de una perspectiva histórica suficiente para analizar y clasificar estos fenómenos artísticos, aquí se propone un somero y sencillo estudio sujeto a revisiones, cambios o ampliaciones que la crítica especializada actualiza convenientemente.

                 El Minimal-Art, denominado también ABC-ART o Arte de Estructuras Primarias, fue creado en 1965 aplicado al arte más alejado de la pintura o escultura tradicionales originando obras tridimensionales que pretendían instaurar formas visuales reducidas al mínimo en las que la tridimensión estuviera exenta de cualquier tipo de figuración, situándose dentro de una particular abstracción geométrica como el cubo y el prisma rectangular. La elaboración material de las obras se ha encomendado a compañías industriales, puesto que el artista, por lo general, sólo suele realizar el boceto. Una corriente cercana la constituye la denominada Arte Póvera (arte pobre), también llamado Arte Procesual por el interés de sus cultivadores en la elaboración de la obra más que en la obra acabada, aunque difiere en las formas ya que no son geométricas y ordenadas sino ambiguas e inspiradas en lo casual. Técnicamente se evita cualquier sistema complicado con el fin de que el espectador pueda rehacer fácilmente el proceso seguido por el artista que utilizará materiales pobres y a veces insólitos como la hierba, el vapor, el hielo... Las fronteras entre espectador y autor se borran definitivamente en los Happenings y Events, que mezclan diversos medios de expresión como la plástica, la música o el teatro para potenciar la creatividad del receptor, liberarlo de inhibiciones y miedos y fomentar la espontaneidad. Los events resultan más simples y breves. El Arte ecológico, el Land-Art (al que se le han aplicado otras varias denominaciones), surgió gracias a la colaboración del E.A.T (Experimentos en Arte y Tecnología). El arte abandona las galerías puesto que los materiales son los que ofrece la naturaleza que el artista transforma superficial o profundamente: tierra, madera, piedras, pararrayos, telas, etc. Las obras se realizan en lugares alejados de las ciudades y no son transportables de forma que los documentos gráficos y vídeos suelen suplantar a la propia obra exponiéndose en galerías de arte. El Centro de Arte y Naturaleza de Huesca (sede de la Fundación del pintor José Beulas) es un museo de obligada visita: se trata de un espacio que fusiona arte y naturaleza que permite reflexionar sobre la unión entre la creación y el paisaje. De esta tendencia nació el Arte Corporal, body-art, con el objetivo de investigar experimentalmente con el propio cuerpo del artista en el deseo consciente de profundizar en el análisis del lenguaje corporal, característica de la que carecen las restantes manifestaciones. Por su parte, el Arte Conceptual (que recibe actualmente diferentes designaciones) eliminará el objeto del arte para ser sustituido por el arte de los conceptos: pasan a primer plano las películas, fotografía, textos, performances, informática y documentos que son el medio idóneo para cooperar en el análisis de la idea del arte y su desmitificación. Se distingue como ejemplo más atrayente Jhon Stezaker, aunque son innumerables los estilos y los artistas recientes relacionados, bien derivados o en oposición a él, con el arte conceptual (como el "fluxus" de Yoko Ono, o el "mail art", entre algunos nombres de la gran variedad actual). Bruce Naumann podría representar varias de las expresiones estéticas de los últimos tiempos que he mencionado anteriormente.


                                                                   
                                                                                         Stezaker




                                                                                      Naumann








                   ¿Demasiados movimientos, estilos y tendencias? ¿Excesivos "ismos" y etiquetas? Sólo la distancia en el tiempo evaluará su conveniencia y simplificará probablemente la esencia artística, como ha ocurrido siempre a lo largo de la historia con los fenómenos culturales de toda índole. Es la exigencia de la perspectiva.

                   (Para la confección de este artículo he contado con la información aportada por el profesor de Historia y de Arte Jesús Elvira, a cuyo recuerdo dedico mi agradecimiento).



                                             
                                                                   Otras formas de inteligencia